Ya lo cantaba Gardel, que de esto sabía un rato: "... veinte años no es nada". Y dos arqueros, dos décadas después, encendieron anoche la Fuente Mágica de colores de Montjuïc, en homenaje a las mejores Olimpiadas de la Historia: ¡¡¡Es-pec-ta-cu-lar!!! Al viento ondeaban juntas la bandera de Cataluña, la de España y la de Barcelona, que volvió a demostrar que es poderosa, mientras por la megafonía sonaba "Amigos para siempre"... Fi-ja-té. Después, al son de los fuegos artificiales, un poquito de rumba catalana en plaça d'Espanya (un marco realmente incomparable), entre-re-mezclada con Serrat, que al igual que yo nació en el Mediterráneo. Y llegó la traca final (con la alfombra humana poblada de bengalas)... Ese momento del que hoy much@s hablarán, algun@s escribirán y un@ cuant@s suspirarán: el orgasmo piromusical que cerraba la velada y las fiestas de la Mercè no podía ser otro, veinte años después, que el impresionante y memorable himno 'Barcelona' de Montserrat Caballé & Freddie Mercury. Se me puso "la gallina de piel", como diría Johan Cruyff, aquel genio holandés que, en un momento dado, hizo muy feliz al barcelonismo en aquel mítico 1992.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Somos lo que pensamos y también lo que decimos...