Oficialmente desde ayer estoy parado... fenómeno que me va a permitir tener más tiempo para pensar por mí mismo (eso que hoy en día está tan mal visto por los que mueven los hilos e incluso por los que los quieren mover viendo la que está cayendo). Otra cosa será si pasa el tiempo y no encuentro trabajo... ¡Stop! Por ahora no quiero hacer más cábalas. Y también voy a tener más tiempo para escribir: no todo tenía que ser un dramón, digo yo. De hecho, hasta me he tomado la licencia de ver una detrás de otra 'El Código Da Vinci' y 'Ángeles & Demonios' (ambas novelas obra de la afilada pluma de Dan Brown y llevadas al cine por Ron Howard). He de decir que la historia de la primera me atrapó mucho más a pesar de que en la segunda Robert Langdon (Tom Hanks) visita mi queridísima Roma...
Si algo he aprendido estos últimos años, desde que decidí informarme del por qué de las cosas (tras darme cuenta de que hay mucha gente-corriente partidista -enfermizamente sectaria- y muchos tertulianos que son "la voz de su amo"... cuyo propósito es intoxicar y engañar a los demás con tal de mantener su asiento), es a no creerme nada de nadie sin antes mirar a la derecha, a la izquierda, detrás y al frente (el orden me da lo mismo). Y tras ese exhaustivo análisis llamado 'opinión'... ja vorem. Pero sucedió algo en la película que hizo tambalear los cimientos del sofá (repito: y mira que yo no soy de los que se creen todo lo que les dicen y ven, y menos si viene de Internet)...
Continuará mañana
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