jueves

Día 20120927

... Pues como os estuve contando ayer, hubo un momento en la película, cuando se habla sobre el cuadro de Leonardo da Vinci 'La Última Cena' y se dan muchos detalles del mismo, que le tuve que dar ipso facto al Pause e ir volando (voy) a mirar la lámina que tengo de dicha obra enmarcada pero todavía sin colgar: la versión Pop de Andy Warhol (obviamente, lámina NO original). Y mi sorpresa fue tal que tambaleó mi micro-Universo y comencé a indagar por Internet (fuente inagotable de información y también de mentiras piadosas y/o malintencionadas) para obtener una versión personal de los hechos que seguramente nunca sabré si es la verdad absoluta o no... ni yo ni nadie. Me explico: de toda la vida había contemplado 'La Última Cena' y contado seis apóstoles a la derecha de Jesucristo y otros seis a su izquierda... como Dios manda. Pero entonces va y en 'El Código Da Vinci' insinúan que quien está a la derecha de Jesús (visto por nuestros ojos a su izquierda) es una mujer... ¡ni más ni menos que María Magdalena! ¿Cómo se os queda el cuerpo? Y además matizan: ella no fue prostituta pero la Iglesia la tachó de tal para destruir la hipótesis de que (y ahora ojito al dato que vienen curvas)... fue la esposa del llamado por sus seguidores 'Hijo de Dios' y madre de su único descendiente. Y claro, uno se pone a pensar (ahora que tengo más tiempo) y saca sus propias conclusiones. Y como te lo explican tan bien con ese rollo del cáliz, que no es un cáliz como tal (aunque en la tercera parte de sus aventuras Indiana Jones lo encuentre)... Entonces se va al traste todo aquello que me contaron en el colegio y yo, que soy muy curioso, sigo profundizando en mis propias investigaciones y... tatatachán: Si la del cuadro es María Magdalena, ¿dónde está Juan? Y no me refiero a mi amigo Juanito, sino al Apóstol (el más joven del grupo y seguramente por ello Leonardo lo pintó imberbe). El caos se apodera de mis dudas de fe y comienza a dar vida la idea de una futura novela de misterio e intriga que algún día escribiré. Mientras tanto sigo a lo mío: ¿Y si ese del cuadro sí es San Juan pero Jesucristo tuvo una vida humana y no divina? Entonces resoplo y suspiro a la vez esperando que nadie me tache de hereje por seguir pensando por mí mismo. Es cuando le doy al Play y sigo con el visionado. Conclusión: La mente humana ve lo que quiere ver. Sólo unos pocos se preguntan por qué...
     Extraoficialmente: nunca he dejado de STAR en movimiento.

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