Miércoles. Para el día del espectador (¿todavía existe?... no tengo ni idea) he dejado el espectáculo, como no podría ser de otra manera. Porque escuchar hablar a ciertas personas, sobre todo a quienes nos necesitan, a quienes necesitan confesarse, a quienes tienen algo que aportar y andamos siempre apartándoles de nuestras vidas, a ésos que no salen en la televisión mintiendo patológicamente... Prestarles atención a nuestros queridos anónimos (para el resto) es algo memorable... ¡¿pero cuánto de nuestro tiempo dedicamos al día a ello?!
Resumiendo: en tres día hemos tocado tres cosas, que son 'la exigencia máxima sin ofrecer nada a cambio', 'la poca o nula paciencia' y 'el no prestarle atención a los demás'. Parece que todo va encajando... por lo menos en El Estado Imperfecto (que es el que manejo y controlo pero de aquellas maneras). No sé como andarán los cimientos de tu mundo... pero no me eches la culpa a mí si se están tambaleando. ¡Atención!
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